Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en la gran https://nellkhuz377036.blognody.com/44530249/crónica-del-incidente-zidane-materazzi